A estas alturas todos tenemos conciencia de que la seguridad de nuestra vida digital depende de las contraseñas. Son la llave de nuestra privacidad. Por ello debemos ser más rigurosos a la hora de utilizarlas y de crearlas. Normalmente los sitios en la nube, por ejemplo, donde almacenamos nuestros datos, son muy seguros, pero si le ponemos una puerta fácil de abrir, alguien se colará, por mucho que el propietario tenga la máxima seguridad. Nosotros siempre somos el eslabón más débil. Por ello vamos a repasar algunas características básicas que deberían tener nuestras claves.
- Deben tener como mínimo 8 caracteres, es decir, letras, símbolos y números. Como mínimo deben aparecer una mayúscula, una minúscula, un símbolo y un número.
- No utilizar palabras que aparezcan en el diccionario. Ni palabras cercanas a nosotros, como cumpleaños, nombre de la mascota, familia, etc. Por supuesto nada de números correlativos como 12345678, ni fechas especiales.
- No compartas tus contraseñas con nadie, salvo en casos muy especiales.
- No utilizar la misma contraseña para todo. Es como tener una llave maestra que abriera tu casa, tu coche, tu buzón de correo, tu oficina… Hay que tener en cuenta que la clave del correo electrónico es una de las más importantes, pues a través de ese medio se puede acceder a buena parte de nuestra identidad digital, por ello presta atención a ella y que sea única y segura.
- Cambiar las contraseñas cada cierto tiempo o cuando sospeches que alguien la puede tener.
Una idea para tener contraseñas robustas es utilizar reglas mnemotécnicas utilizando alguna frase que recordemos bien y utilizar sus primeras letras formando una palabra y añadiendo algún símbolo, número y algo diferente para cada sitio donde la utilicemos y que así no sea la misma. Utilizar la verificación en dos pasos, algo así como tener dos llaves. Después de introducir la primera se nos solicita una segunda que puede ser a través de un código que nos envían al móvil. La utilización de gestores de contraseñas es una buena solución si manejamos muchas claves. La prevención es la primera norma de seguridad, así que repasemos nuestras contraseñas y hagámoslas más seguras además de utilizar otras medidas añadidas.
¿Utilizas la misma contraseña para todo? ¿Cuánto hace que no cambias la clave de tu correo? ¿Sabes de qué sitios tienes contraseñas?
Carlos Gómez Cacho. Tecnólogo.